RAQUEL ALGABA “Tirad la escalera”

Sala C

Del 8  al 27 de noviembre de 2018

Raquel Algaba (Madrid, 1992), es diplomada en Dirección de Arte por la Escuela T.A.I, grado en Bellas Artes por la UCM de Madrid y Master en Arte por la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, obtiene una beca Erasmus especializándose en pintura en la Staatliche Akademie der Bildenden Künste de Stuttgart, y en escenografía en la Akademie für darstellende Kunst Baden-Württemberg, Alemania. En el ámbito del cine y el teatro participa en proyectos de países como España, Alemania, Reino Unido o Noruega.

En el ámbito de las artes plásticas ha realizado diversas exposiciones, entre ellas Tokonoma (Museo Barjola, Gijón), Exonario (Espacio Santa Clara, Morón de la frontera), Los monstruos juegan con las flores (C.A.V La neomudéjar, Madrid), All dreams continue in the beyond (Luisa Catucci Gallery), At the Fronts (Espacio Ai Sognatori, Venecia), El [Cuarto] espacio (Universidad Complutense, Madrid), RundGang (ABK, Stuttgart).

Fue seleccionada para el proyecto El pliego/ Le Pli/ The Fold, ganadora del premio de adquisición de la galería A del Arte, seleccionada en Projectarte II (Fundación Fernando Villalón, Morón de la frontera), en el CALL_17 (Galería A del Arte, Zaragoza), en el FRESH LEGS’17 (Galería Heike Arndt, Berlín), en AlNorte XVI 2017 (Museo Barjola, Gijón), en el OpenPortfolio Fig (Edificio ensanche, Bilbao), en Getxoarte 2017 (Aula de Cultura, Getxo) y en los EAC2018 (MUA, Alicante). Actualmente artista residente en BilbaoArte Fundazioa, ha sido artista residente con anterioridad en el museo y centro de artes de vanguardia C.A.V La Neomudéjar, de Madrid, en AlfaraStudio (especializado en grabado), Salamanca, en ShiroOni residence, en Japón, en A Quemarropa V, Alicante, y en 2019 será artista residente en el YZ Creative Art Center en Shanxi, China.

Tirad la escalera se presenta como un ejercicio de introspección para profundizar en aquello que nos constituye: no somos estructuras, estables e indivisibles, sino que nos configuramos a partir del fragmento, de la fragilidad de éstos, en un equilibrio cambiante y continuamente vulnerable. Nuestra incapacidad por concretarnos a nosotros mismos viene dada de nuestra incapacidad de traducir en términos de realidad los paisajes de nuestra mente.

Tras varios intentos desafortunados de ensamblar mis pensamientos en una totalidad, me di cuenta de que eso nunca saldría bien. Tal y como M.C. Escher construyó su escalera infinita, intentamos atravesar en zigzag, en todas direcciones, el pensamiento, conformando una arquitectura difícilmente real. Una materialización en el exterior no siempre coherente con la imagen mental que la ha causado. Un lugar donde las relaciones entre los objetos y las figuras presentes se tornan más importantes que los objetos y las figuras per se, donde las relaciones no son algo secundario, sino que configuran la manera en la que percibimos y experimentamos el espacio. «¿Sabes qué me dijo mamá un poco antes de morir? “A veces me pregunto cómo sería si en vez de cabeza tuviésemos un monitor para que todos vieran lo que pensamos” señala el director de cine Michael Haneke a través de su opera prima El séptimo continente. Y Tirad la escalera se presenta como una reflexión sobre ese espacio propio e íntimo, incomprensible para el otro por ser parcialmente impenetrable y desconocido. Una serie de enunciados indecibles bajo los que subyace la idea de que, en ocasiones, lo más importante no va a poder ser transmitido a través de las palabras.

www.raquelalgaba.es

 

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