JOAQUÍN BARÓN “Némesis”

Sala C

Del 8  al 27 de noviembre de 2018

La obra de Joaquín Barón (Ciudad Real, 1970) que bajo el título Némesis se presenta aquí y ahora es el resultado del último año de trabajo.  Se trata de obras de pequeño y gran formato. A primera vista parece que recoge una temática que proviene del art brut, del arte povera y de la llamada Transvanguardia italiana. Pero su intencionalidad es muy distinta, es una reflexión individual. Sus obras, son como una película que no tiene sonido, cine mudo  que confía en títulos escritos intercalados. La exposición es un documental que da testimonio de simples y misteriosas imágenes, un documental que captura  los fenómenos insinuantes de las formas habituales de descripción por perfiles.  Barón explora sus  paisajes poblados de nómadas con la misma curiosidad e imaginación que si estuviera entrando en el Sahara o en el Amazonas. Utiliza su don para la composición para crear una elocuente colección de criaturas que parecen más de los sueños que de la realidad, de sueños enjaulados en un vibrante color y en una fabula de muchos espíritus, de  juego de dinamismos y de danza en el lienzo de personajes y de grafismos. Las imágenes que presenta son como les jardín secrets, jardines secretos, estados de la mente habitados por otros seres que aún no hemos explorado, y aún no hemos denominado.

El salto entre la realidad y la percepción individual, entre la pintura figurativa y su apropiación ideológica (así Basquiat rescató el realismo de la basura, como antes lo hizo Dubuffet) está presente en su obra.  Su realismo no es tanto nostálgico como experimental, como crítico y a la vez divertido, pero hundido  en un mar de melancolía, quizá incluso involuntaria al artista.

El mundo visual de Barón es un  mundo muy individualista pero a la vez lleno de generosidad, de sueños que no hieren a nadie, de escenas que flotan en el limbo. Barón sabe que la emoción  y la cognición, pathos y logos, no  son campos separados, ambos parten de un órgano, el cerebro, y según los neurólogos  se encuentran en la misma zona del cerebro. No podemos escapar a nuestra conciencia ni a nuestra capacidad emotiva, y debemos gestionar tanto  nuestra acción de conocer como nuestra posición de sentir. Hay una filosofía de la educación que debe  apoyar tanto la disciplina del conocer como la del gestionar nuestras emociones, y mi generación no ha tenido ninguna herramienta de apoyo para esta última, para la introspección y para el control de los estímulos emocionales negativos. No estamos programados para ser felices sino para sobrevivir, lo que quiere decir que nuestra mirada se fija en la defensa y que nuestro cerebro intenta congelar las emociones. Barón no vende ilusiones sino imágenes con huellas que podemos reconocer o con detalles que pueden irritar, pero que nos conducen a imaginar un mundo de alegorías, un nuevo arca de Noé, donde también está encerrada la melancolía.

http://www.joaquinbaron.com/

 

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