Sala C. Del 2 al 21 febrero 2017
JAVIER MARTÍN GÓMEZ “La partida”
JAVIER MARTÍN GÓMEZ
Doctor cum laude en Bellas Artes, especialidad Pintura por la Universidad Complutense de Madrid (bajo la dirección de D. Mariano de Blas Ortega) nos presenta sus últimos trabajos bajo el epígrafe de “La Partida”.
«Las obras que conforman esta exposición nos muestran una parte fundamental dentro del denominado viaje del Héroe o monomito, cuya estructura ha sido patrón recurrente en relatos de todo el mundo a lo largo de la historia.
El inicio de dicha aventura se encuentra marcada por “La llamada” o lo que muchos estudiosos del mito definen como“ El despertar del yo”. A partir de este momento el Héroe experimentará una nueva visión del mundo, trayendo consigo a su vez un sinfín de preguntas acerca de su propia existencia, creyendo intuir que bajo el velo de la aparente realidad, existe algo mucho más profundo.
Será éste el momento de hacer suyo todo aquello que se pensaba olvidado, y que se podría definir como un sentimiento de pertenencia a algo mucho más grande e importante que uno mismo.
Esta exposición trata pues sobre dicho viaje, sobre la aventura que algunos de nosotros decidimos llevar a cabo. Una hazaña que implica intrínsecamente el término búsqueda, impulsada desde el interior, y que determinará la forma en que vivimos. En mi caso dicha travesía debe ser entendida a través de la pintura.
Y será a través del propio lenguaje pictórico por el que una nueva narratividad adquiera sentido a través de su propia materialidad, con el fin de poder transmitir la capacidad de las representaciones simbólicas para re-conectarnos, dando forma a un tipo de imágenes a las que Jung definió como arquetípicas.
La cuestión que planteo es si la obra de arte, en este caso la pintura puede tener la capacidad de ayudarnos a vislumbrar el fenómeno con una mayor profundidad, a descubrir esas “verdades” que desconocíamos pero que siempre han estado presentes.
En este sentido, para mí, lo real nada tiene que ver con la imagen referencial, sino que se revela a través de la fisicidad de la propia pintura, mediante la relación que se establece entre obra y espectador, al que pretendo hacer partícipe de todo el proceso de construcción de la misma. El valor de estos trabajos por tanto no reside en mi modelo de trabajo, sino que su función será la de guía en pos de encontrar cierta conexión entre observador y obra.
Mi interés se dirige hacia un concepto de pintura en el que se produzca un diálogo entre figuración y abstracción, sin por ello tener ningún tipo de conflicto estético al respecto. Mi disposición hacia la pintura como experiencia física me permite profundizar en su naturaleza formal, potenciando de este modo su carácter bidimensional.
Así, lo fundamental en estas obras, más allá de ideas preconcebidas acerca de la forma y la intencionalidad para con su realización, es que todas ellas tratan sobre el mirar más allá de la apariencia, remitiéndonos a la propia experiencia de lo no representado.»
